Métodos de Prevención

El paciente como pieza fundamental de la prevención

Basado en los índices de prevalencia de esta enfermedad a nivel nacional, una conclusión válida que se puede sacar es que el tratamiento profesional no basta para controlarla. Es trascendental, entonces, realizar acciones complementarias de cuidado y prevención, dentro de las cuales el público es el principal gestor, dirigidas a instaurarse como protocolos de conductas y hábitos diarios que posibiliten una eficaz prevención de la infección en un trabajo en conjunto con el odontólogo.

Siguiendo esta línea es que odontólogos participantes del Programa Interdisciplinario de Estudios Gerontológicos (PRIEG) de la Universidad de Chile diseñaron un programa basado en tres niveles de acción.

1. Transmisión de la bacteria
Consiste en educar a la población sobre las condiciones de riesgo de infección de la caries. Hay que remarcar que esta bacteria puede ser transmitida a través del uso compartido del cepillo dental, de utensilios y por medio de la saliva, principalmente a través del beso, situación bastante frecuente entre padres e hijos y parejas.

2. Control y eliminación periódica de la bacteria
Nivel que se centra en el control y eliminación, en lo posible, del agente infeccioso presente en boca.
Para su efectividad existen tres mecanismos de acción:

a) Por medios mecánicos: centrado en la higiene diaria con el cepillado dental después de cada comida y refrigerio y al menos dos veces al día, siendo indispensable complementarlo con el uso de seda dental. Video de la técnica correcta de cepillado Video de como se usa el hilo dental: b) Control de dieta: basado en la regulación del consumo de azúcares y almidones, los llamados carbohidratos, principal “alimento” de la bacteria. Todo alimento o bebida de sabor dulce natural contienen estas sustancias.

c) Apoyo de métodos químicos: como los enjuagatorios bucales y/0 dentífricos, que gracias a sus formulaciones eliminan el Streptococco Mutans de la placa bacteriana.

3. Protección en boca
Nivel que se articula en la consulta dental y se aplica directamente en la zona de riesgo, es decir, los dientes.
Involucra:

a) Uso de sellantes: que se aplica sobre el diente y ayuda a proteger al esmalte dental de los ataques erosivos de la bacteria.

b) Aplicación de flúor: que se endurece al entrar en contacto con las piezas dentales y los protege. Comúnmente se aplica durante el cepillado diario contenido en las pastas dentales, pero también puede ser aplicado directamente por el odontólogo.

Y a esta serie de acciones se debería agregar una más: educación de la población de la importancia de la dentadura en su vida. Generalmente se desconoce la relevancia para la salud en general del sistema estomatognático, del cual las piezas dentales son parte. Este sistema interviene en importantes procesos como la masticación, deglución y fonación y está integrado por diversas estructuras como músculos, huesos, articulaciones, glándulas salivales, mucosas, piel y dientes. Y al estar centrado en una zona pequeña del cuerpo y no comprometer la vida en caso de falla en algunos de sus estructuras, no se promociona su cuidado al nivel de otros organismos. Y obviamente cualquier problema que se presente en la dentadura afectará el normal funcionamiento del sistema.